Como muchas veces, me quedé pensando en algo que pasó el sábado pasado en el casamiento de Naty y sobre lo que hice un seguimiento en la semana.
Estaba este chico que, para qué negarlo, me gustó mucho. Un tipo que sabía bailar (véase tweet del domingo a la madrugada al respecto, jajajajajaja) y que bailó con todas y cada una de sus compañeras de mesa, incluida quién escribe, además de alguna que otra dama más y, por supuesto, con la flamante esposa. Más tarde, ahondando sobre el hombre en cuestión, me entero que es profesor de tango y ahí se explica mucho más la habilidad que dejó boquiabierta a varias féminas.
Tenía tal porte y confianza... Me dejó pasmada y medio muerta de amor.
Ni lerda ni perezosa, el martes le pregunté a Natalia sobre el estado civil del "profe". Oh, si, tiene novia, como habrán adivinado.
Pero después de la desilusión inicial, creo que ahora me gusta más todavía. Por qué? Porque se podía adivinar en su forma de manejarse que no tenía ni el más mínimo interés en otras damas y, seguro, después de haber disfrutado la fiesta bailando con cuanta señora o señorita andaba por ahí, él volvió a su novia y durmió con ella.
Qué más sexy que la seguridad de que tu hombre puede pasar por varias compañeras de baile pero vuelve a tus brazos sin pensarlo dos veces?
como diría una lectora de Cosmopolitan...moooooi sexy :D
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